Como ya adelantamos a mediados de 2015, El PNR (Registro de Nombres de Pasajeros), que es una de las herramientas más polémicas contra el terrorismo yihadista, estará lista para comenzar a funcionar en España a partir de esta semana.
Con ellos se tratará de comprobar los millones de datos de pasajeros diarios con las bases policiales del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado), donde se ubicará la UNIP (Unidad Nacional de Información de Pasajeros). Allí se almacenarán y transferirán los datos personales de los viajeros enviados por las compañías aéreas. Todo este sistema será auditado por la Agencia de Protección de Datos.
¿Que datos van a cotejar con el PNR?
Datos como el nombre y apellidos, el teléfono, el correo electrónico, la fecha de reserva del billete de avión, etc. serán enviados por las aproximadamente mil compañías aéreas que operan en España a la nueva Unidad Nacional de Información de Pasajeros (UNIP).
Los datos serán procesados, almacenados, tratados y transferidos por un sistema informático (ha costado cuatro millones de euros) donde permanecerán operativos seis meses, pasado ese periodo se harán opacos. Y a los cinco años deberán que ser destruidos. Todo el sistema será periódicamente auditado por la Agencia de Protección de Datos y sus responsables deberán realizar un informe estadístico anual para la Comisión Europea. Así lo recoge la directiva europea del 27 de abril de 2016.
Desde que comenzó su andadura europea en forma de borrador en 2012, el PNR (Registro de Nombres de Pasajeros) ha superado muchos escollos, sobre todo relativos al uso y protección de los datos de los viajeros. Y, casi siempre, los impulsos que ha recibido han venido tristemente empujados por terribles atentados yihadistas: en Londres, Niza, París, Berlín, Barcelona…
¿Que uso se va a hacer de estos datos?
Estos datos recogidos en el Registro de Nombres de Pasajeros se usarán para investigaciones relativas a terrorismo, crimen organizado, trata de seres humanos, explotación sexual, corrupción, tráfico de armas… Hasta un total de 26 tipologías delictivas que recoge la directiva citada podrán motivar las solicitudes de información por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad, policías autonómicas, tribunales y aduanas.
La idea es que los datos de todos los pasajeros que entren o salgan de España y de la Unión Europea queden archivados para poder ser contrastados en caso de necesidad. A su vez, esa información, podrá ser compartida tanto con países de la UE como con países extracomunitarios, según señala la propia directiva, siempre y cuando las solicitudes respondan a los objetivos de seguridad establecidos.
Según los impulsores de este sistema, el cerebro de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils del pasado mes de agosto, el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, por ejemplo, podría haber sido detectado en uno de sus vuelos de ida y vuelta de Marruecos porque, con sus antecedentes, estaría incluido en las bases de datos policiales y “habría saltado, habría generado un positivo”, aseguran.
El sistema, que manejará los datos de los 250 millones de pasajeros que se calcula pasan al año por España, es bidireccional. Funciona de manera automatizada con los datos de las compañías aéreas y es incluso capaz de general perfiles de acuerdo con unas características predeterminadas que se soliciten (por ejemplo: varón, 20 años, viajes a Siria, nacionalidad canadiense). Y a la inversa, se pueden cotejar los datos con una persona ya identificada en el marco de una investigación policial concreta.